La banca es un poderoso motor de la fortaleza económica y la capacidad de recuperación de las comunidades, sobre todo de aquellas en las que no se invierte lo suficiente. Pero nos hace falta a todos.
La banca orientada a la misión prospera gracias al compromiso colectivo de nuestros grupos de interés:
- Inversores que priorizan el impacto junto a la rentabilidad
- Depositantes que alinean su dinero con sus valores
- Socios comunitarios que ayudan a identificar y satisfacer las necesidades locales
- Socios de los sectores público y privado que promueven sistemas financieros inclusivos
- Empleados y directivos que llevan a cabo la misión a diario
Juntos, podemos seguir utilizando las finanzas como una fuerza para el bien, canalizando el capital allí donde más se necesita y creando oportunidades duraderas para todos.